Por fin, llegó ya la tan esperada convocatoria de elecciones
generales que el país pedía a gritos: para el 28 de abril, que no coincidiera
con Semana Santa, ya que estas fiestas tan señalizadas hubieran supuesto mayor
trasvase de votos hacia la derecha tradicional, y por tanto era algo lógico que
Pedro Sánchez lo tuviera en cuenta.
De momento las encuestas más fiables pronostican un futuro
gobierno de derechas, aunque en el momento de escribir estas líneas faltan poco
más de dos meses para la cita en las urnas. Ya la famosa líder inglesa Margaret
Tatcher decía que a tan solo una semana de las elecciones es como si fuera toda
una vida, con lo que las encuestas pueden cambiar con toda la volatilidad que
supone. Así que no hay que bajar la guardia y los acontecimientos cada uno se
los ha de currar a su favor.
A los votantes habría que decirles que en los actuales
tiempos que corremos tampoco hay que dejarse engañar por determinadas etiquetas
ya sin sentido: lo que muchos llaman "fascismo", o
"comunismo", en su sentido dictatorial y opresor, son conceptos y
dogmas que ya no caben dentro de la Constitución Española. Ni tampoco dan ya
interpretación segura lo de "derechas", "izquierdas",
"centro", o los extremos de los mencionados.
Dentro del mercado de opciones electorales lo que hay que
hacer hoy en día es fijarse en la siguientes cuestiones: ¿Quienes están por la
unidad de España y quiénes por romperla?, ¿quiénes bajarán los impuestos o
quienes los aumentarán?, ¿quienes desean suprimir el Estado de las 17
autonomías y quienes están a favor de una Administración única para toda
España?, ¿quienes están en contra de la inmigración, y quienes la favorecen en
todos los sentidos?, ¿quiénes están por crear puestos de trabajo y quiénes por
destruirlos con sus políticas?, ¿quienes desean suprimir todas las subvenciones
y quienes mantener chiringuitos clientelares de todo tipo a costa de los
contribuyentes?, ¿quienes están por los discapacitados y dependientes, y
quienes para subvencionar otros grupos clientelares aunque sean extranjeros?, ¿quienes
abogan por la igualdad de derechos entre hombre y mujer, y quienes desean
aplicarse en las discriminaciones de género en favor del sexo hembra?, ¿quienes
están por la globalizacion y con ello la multiculturalidad, y quienes en favor
de anteponer los intereses nacionales y la identidad propia?, ¿quienes van a
combatir la corrupción institucional existente en todas las esferas del poder,
o quienes desean que siga corrupta la estructura del Estado?, ¿quiénes meterán
el dedo en la llaga a los okupas y toda clase de delincuentes y quiénes serán
permisibles con los delincuentes?, etc., etc., .......y en definitiva quienes
de verdad están por España y los españoles.
Los que quieren una España rota, ya sabemos quiénes son,
sean de derechas o de izquierdas los partidos políticos periféricos; PODEMOS y
el PSOE ya han demostrado que lo suyo es la inestabilidad, el desorden, la
inseguridad, el efecto llamada hacia la inmigración, y el saqueo a impuestos;
el PP ahora hace propuestas y promesas que ya podía haber hecho hace más de
ocho meses cuando todavía estaban en el poder con lo cual andan muy faltos de
credibilidad sobretodo en aquello de "más empleo, menos impuestos";
Ciudadanos, la derecha que surgió en Cataluña en contra del separatismo y que
abanderó los votantes del resto de España decepcionados con el PP por el tema
de la corrupción, ya a demostrado ser un partido bisagra que se alía con quien
les conviene a cada momento y prefiriendo en muchos casos pactar con el PSOE
antes que los grupos de derechas cuando su propio electorado es naturalmente de
derechas, aparte de hablar de supuestos "cordones sanitarios" para
excluir a los que no están en línea con su propio programa. Así que nos queda,
pues, el recién estrenado VOX, el único partido que habla de una España unida,
sin inmigración indeseable (en especial la musulmana), que quiere recortar el
despilfarro y quitar las 17 autonomías, bajar los impuestos, crear puestos de
trabajo, y anteponer primero los intereses de los españoles antes que los de
elementos extranjeros. VOX es de momento el único partido político que no se
pone pelos en la lengua, y que se identifica en el sentir de una amplia mayoría
de españoles que desean vivir con más libertades, más prosperidad, más
seguridad ciudadana, más oportunidades de trabajo, y menos impuestos
acompañados de menos burocracia administrativa.
¿Pensiones?, ¿sanidad?, ¿educación?,....si en el país no se
trabaja en serio, procurando que no falte trabajo al que lo necesita, y con
ello se crea la riqueza, muy poco de esas tres cosas mencionadas puede
esperarse.
¿"Cordones sanitarios"?, creo que no cabe nada de
eso que algunos llaman "cordón sanitario" dentro de la Constitución
española, y eso que en algunos países europeos más avanzados los partidos
separatistas están expresamente prohibidos.
¿Meterse con la tumba de Francisco Franco y absurdidades que
denominan "memoria histórica?, no hará otra cosa que hacer que VOX siga
acaparando y agrupando todos los votos de aquellos que están ya hartos de tantas
cizañas y enfrentamientos de españoles contra españoles abriendo heridas que ya
deberían de estar cerradas y superadas.
Que más adelante concurran candidaturas inmigrantes y en
especial las musulmanas, sobretodo en las elecciones municipales y autonómicas,
lo preveo como un grave y muy peligroso error que sólo traería malas
consecuencias para España y los españoles con todas las consecuencias para lo
de la soberanía nacional.
Preveo, entre otras cosas, que si gana VOX y hay una mayoría
suficiente de estos que aún siguen siendo etiquetados como "derechas"
que permitan un gobierno fuerte, se dispararán las bolsas superando el IBEX 35
como mínimo el índice de los 12.000 puntos a los que llegó con el gobierno de
Mariano Rajoy ( y eso que el pico máximo bursátil español superó por momentos
los 17.000 puntos bajo el mandato de Zapatero en pleno y boyante calentón económico).
Para lo demás, intensa actividad política por todas las
bandas mientras sigamos en época de citas para las urnas, e inevitable
italianización del espectro político español, donde se acabaron los
bipartidismos con los apoyos periféricos y se inaugura una nueva etapa de
pactos entre varias bandas.