Muy interesante entrevista ( y a mí me ha parecido muy importante por el mensaje que transmite).
( Subtitulos al español, en el vídeo que os inserto al final) según Lady Lynn Forester de Rothschild ( importante miembro del supuesto “gobierno mundial en la sombra”, y teóricamente con mucho más poder que muchos gobernantes juntos de las naciones más avanzadas), los criterios ESG de “sostenibilidad” comprometidos con la Agenda 2030 ( con lo del “desarrollo sostenible” y demás rollos por el estilo), es algo que considerar ya como una basura, y por tanto algo inservible que habría que tirar ya, y que ya no deberíamos defender, porque ha estado mancillado al ser elaborado por demasiada gente confundida y sin las ideas claras ( recordemos que se han censurado, tapado, perseguido, y anulado a muchísimos científicos y expertos en la materia, incluidos premios Nobel de todos los campos: científicos, medicina, empresa, sociólogos, etc para los temas como el COVID, la inmigración descontrolada, el cambio climático, el dinero digital, las ciudades 15 minutos, los coches eléctricos, la agenda de género, la agenda woke, leyes laxas contra la inseguridad ciudadana, etc..….). Lady Rothschild opina que los que se han creído lo de la Agenda 2030 se han considerado los virtuosos, pero esto es algo que se ha demostrado ser una mierda y que ya hay que tirar a la basura.
Creo haber entendido que indicaba que los todopoderosos fondos como Blackrock ( controlado por Larry Fink) y Vanguard, que integran casi todas las mayores y más importantes empresas del mundo, renuncian a imponer la nefasta Agenda 2030 con todo lo que supone de la propaganda sobre cambio climático, control social, desmembración identitaria, Estado intervencionista y fuertemente regulador, censura en los mass media y redes sociales, etc…
Pareció indicar que volvemos a los valores de antes ( o al menos que deberíamos): de la libre empresa, de la competencia, de la creatividad propia sin imposiciones, de la completa libertad de expresión, etc…. Justo todo lo contrario de la Agenda 2030 que impone todo tipo de regulaciones acompañado de todo tipo de impuestos.
Queda por ver si en el futuro la Agenda 2030 y todo lo “woke” que acompaña empieza a recular, porque ya se ha visto que es bastante dañosa y perjudica mucho a los ciudadanos limitando sus libertades e incluso llevándolo por el camino de la pobreza. La prosperidad necesita la libertad, y el mundo es mucho más limpio y mejor ( por evitar la ya nefasta palabra “sostenible”) cuando los ciudadanos son libres, y al mismo tiempo cada vez más responsables gracias a una educación en libertad, veraz, y libre de cualquier tipo de censuras. Y cuando digo ciudadanos libres, me refiero también a empresas libres, y al mismo tiempo responsables en su voluntad de no implementar políticas que perjudiquen al medio ambiente y a la calidad de vida de los ciudadanos. Es más: la competencia favorece a las empresas que procuran por un mundo más limpio y con mejor servicio al consumidor al mismo tiempo. Las empresas para competir y sobresalir, no quieren mala publicidad, y para esto no necesitan imposiciones de “desarrollo sostenible” a las que hasta ahora les ha obligado la Agenda 2030, sino sencillamente hacer bien las cosas y con sentido común.
En fin, “el capitalismo inclusivo” al que se refería Lady de Rothschild, pero entendido con total y completa libertad, el que puede competir de verdad, sin imposiciones gubernamentales, ni competencias desleales. En breves palabras: el capitalismo puro y duro de siempre, pero con sentido común y de la justicia, que compite con total libertad de acción, para ofrecer lo mejor para el consumidor mejorando su calidad de vida.
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