El espectro político español tiende cada vez más a dividirse
en dos: los propios españoles, y los otros de afuera o que no son de origen
español (especialmente moriscos, negros y rumanos, los más numerosos). Mención
aparte merecen los sudacas por sus vínculos de sangre, idioma y cultura común,
y por ser oriundos de países que durante siglos pertenecieron al Imperio
Español. Las dos Españas, hasta ahora definidas en "derechas" e
"izquierdas", o unitarios junto con periféricos que igual pueden ser
nacionalistas, regionalistas o separatistas (pero ante todo con tintes ajenos al
resto de los demás territorios españoles), poco a poco pasa a transformarse en
otra versión nueva de entender las dos Españas y en la que ya para nada pintan
derechas o izquierdas y lo mismo unitarios que separatistas: la de los
auténticos españoles (es decir, los legítimos hijos de España), y los de afuera
o nacionalizados de origen foráneo. El bloque al que no pertenecen los
legítimos hijos de España, es cada día más numeroso y no tardará en ser ya más
de la mitad de la población que va a haber en España dentro de muy pocos años.
En este sentido la identidad y esencia de los auténticos españoles está en
serio peligro de ser reemplazados mayoritamente por esos otros pueblos
mencionados. Excepto VOX, todo el resto de los partidos políticos se muestran
favorables a esas políticas que llevan a que la auténtica población autóctona
española acabe por ser reemplazada especialmente por la de origen africano.
De convocarse las elecciones el próximo noviembre (acorde
con los plazos agotados que marca la Constitución) serían la segundas
elecciones generales dentro de este mismo año, lo cual plantea un problema: en
los últimos años el tema de la corrupción y la financiación ilegal de los
partidos políticos ha quedado muy tocado, lo cual ha dejado muy escaso margen para
obtener nueva financiación electoral. Al parecer el PSOE con Pedro Sánchez en
La Moncloa tiene en sus manos la utilización de los recursos del Estado, el
resto de los partidos políticos tienen mayores dificultades para el acceso a la
financiación de una nueva campaña electoral (de hecho todavía tienen deudas de
la anterior campaña electoral de meses atrás). Además las actuales encuestas vaticinan
un fuerte descalabro de PODEMOS y Ciudadanos, en el que algunos electores de
los mencionados partidos vuelven a dar su voto a los originarios del
bipartidismo, es decir, al PSOE y al PP, lo cual significa que tanto PODEMOS
como Ciudadanos van a tener menos poder, menos representación (con el riesgo de
desaparecer o ser simples partidos residuales), y con ello aún menos acceso a
las subvenciones y demás financiación pública que les corresponde en función de
los votos obtenidos. Por eso no están interesados para nada en que se repita
otra cita electoral, con lo cual tienen presente que para conseguirlo si no
logran formar coalición con el PSOE de Pedro Sánchez, saben que lo mejor es
abstenerse para de esta otra forma facilitar la investidura de Pedro Sánchez.
Por otra parte VOX parece que se mantiene en votos, o aún puede subir más al
alza. Dicho de otro modo: buena parte de los votos de PODEMOS irán al PSOE, y
el resto de los votos obreros de PODEMOS irán a VOX, decepcionados de que se
apoye a la inmigración en vez de a los obreros españoles. Otro tanto puede
ocurrir con parte del voto obrero del PSOE disgustado con la inmigración: que
vaya a VOX (ese fenómeno ya ocurre en Francia, donde buena parte del electorado
francés del partido socialista y comunista dan sus votos al Frente Nacional que
es el partido anti-inmigración en Francia y que prácticamente acapa aproximadamente
el 40% de los votos de los franceses pese su escasa presencia en las
instituciones públicas galas. Claro que el PSOE es el que tiene el mayor
caladero de votos fieles del espectro político español, compuesto por los
beneficiarios del PER andaluz, extremeño y castellano-manchego; los millones de
funcionarios; buena parte de los pensionistas; y los currantes con los que les
ha seducido la idea de subir el salario mínimo a los 1000 euros mensuales (que
son más de la mitad de todos los currantes españoles que están dados de alta a
la Seguridad Social). Todos los que de una forma u otra se benefician del
dinero público, tienden a votar a los socialistas que acostumbran a ser
generosos en el reparto del dinero público aunque los impuestos los tengan que
pagar los que tienen un curro o los más ricos.Los votantes de Ciudadanos, la
supuesta transparente y marca blanca del PP que surgió a consecuencia de los
reiterados casos de corrupción del PP, volverán a votar al PP por un lado y a
VOX por el otro, consecuencia también de su propia indefinición política (para
algo lo llaman el partido veleta, que va en dirección de adónde le sople el
viento en cada momento).
Por otro lado, salvo en ayuntamientos o autonomías, en
España no tenemos tradición de gobiernos de coalición como ocurre en el resto
de Europa, lo cual es bastante difícil que tengamos un gobierno de coalición,
aunque ello no es imposible.
En consecuencia puede ocurrir:
1.- Gobierno de coalición PSOE-PODEMOS, de tinte
social-comunista, con mayoría absoluta en el parlamento: con el cual se
notaría: más entrada de inmigración masiva, aumento brusco de impuestos, brusco
deterioro de la economía. y en resumen que todo el que tenga trabajo o algún
patrimonio tiene que contribuir más a mantener un número cada vez mayor de
parásitos sociales. Y cuántos más parásitos sociales hay que mantener en un
país, más se va empobreciendo. Indirectamente se van a beneficiar los
separatistas que buscan la ruptura y desmembración de España. Este sería el
peor escenario posible.
2.- Gobierno de coalición PSOE-Ciudadanos, de tinte
socialdemócrata, con mayoría absoluta en el parlamento, con lo cual se notaría
la misma política actual de inmigración de entrada masiva, aumento moderado de
impuestos, deterioro lento de la economía, e igualmente quienes tengan trabajo
o patrimonio tendrán que seguir manteniendo cada vez más a los millones de
parásitos que no paran de crecer y que de una forma u otra viven del erario
público. Los separatistas no salen beneficiados en un escenario así
3.- Gobierno en solitario del PSOE, que tendrá muy difícil
sacar leyes debido a la falta de mayoría parlamentaria, y con el cual seguirá
con su conocida política de consentir la entrada masiva de inmigrantes, tener
los impuestos altos, la economía se seguirá deteriorando por la incertidumbre
política, y que los que trabajan o tienen patrimonio sigan manteniendo al resto
de los parásitos sociales. Lo malo es que ese gobierno será tan frágil y
deslegitimado que como no logre sacar adelante la Ley anual de Presupuestos del
Estado, se verá obligado a convocar nuevas elecciones o prorrogar los
anteriores presupuestos con todo lo que supone de parálisis política. Esto sólo
beneficia en el sentido de que Pedro Sánchez pueda quedarse un tiempo más de
inquilino de La Moncloa.
En todas las tres situaciones sale muy beneficiada la
inmigración masiva, y con ello a la pérdida de la identidad española, en esa
nueva versión de las "dos Españas" de la que hablaba anteriormente,
formada cada vez más por menos españoles y por más no-españoles tanto de afuera
como de origen.
O puede que en el último momento se convoquen de nuevo las
elecciones generales, aunque de muy poco pueden servir si se repiten idénticos
resultados a las últimas pasadas elecciones generales, tal como indican algunas
encuestas.
Considerando, aparte, que el principal problema de España es
esta inmigración masiva formada principalmente por moriscos, negros y rumanos,
y que al mismo tiempo el desempleo, la precariedad, la carestía de la vida cada
vez peor, los impuestos que no paran de subir, los cada vez peores servicios
tanto sanitarios, educativos como judiciales, y el aumento cada vez mayor de la
delincuencia, entre muchos otros graves problemas que tiene España, las
pensiones cada vez más bajas e inciertas de nuestros jubilados, etc.... que las
cosas cambien en favor de España y los españoles depende de que obtenga un voto
ampliamente mayoritario la formación política que se comprometa contra la
inmigración, la lucha contra la falta de empleo, a bajar impuestos, a castigar
la delincuencia y todo incumplimiento de la ley, a terminar con el manirroto
actual Estado de las Autonomías, y a procurar por unos mejores derechos,
libertades y prosperidad para los ciudadanos españoles. Al parecer de momento
la formación política que más refleja estas aspiraciones ciudadanas es VOX, que
lidera Santiago Abascal. Si la gente evita votar por los partidos políticos que
en realidad no van por esa línea, aún hay esperanzas de que las cosas mejores.
Pero de seguir igual, solo vamos por el camino de empeorar y de ser
reemplazados por esa población que ni es autóctona ni de origen autóctono y que
cada vez va a ser más gente si no se hace nada en absoluto para evitarlo.
O los españoles observamos y tomamos mucho cuidado sobre a
quienes votamos, o inevitablemente cada vez vamos a ir peor con más pobreza,
menos libertades y menos derechos. De momento no se vislumbra otro camino.