Cuando el país se va a la mierda, la única manera de sacarlo
adelante es trabajando, sea en blanco o en negro ( es decir, sea de forma legal
o ilegal) porque así se genera y circula en dinero que todos necesitamos.
Si el gobierno obliga a absurdos límites de aforos ( que
encima sube los costes por las nuevas normativas), muchos procederán en negro
para obtener algo, y los que abandonen son otra ruina improductiva añadida más
para el país.
La inmensa mayoría de la clientela no deseará esperar en la
calle ni acordar una cita previa para ir a tu peluquería, a tu tienda, a tu
taller, a tu restaurante, al banco, o a cualquier otro negocio. O te arriesgas
a dejarle entrar con el mejor trato, comodidad y atención que se merece un
cliente, o le sirves en tu casa u otro lugar que puedas hacerlo en negro y a
escondidas. Un cliente insatisfecho, muchas veces es un cliente que se pierde y
opta por otros canales sin importarle si es en blanco o en negro, o sea legal o
ilegal, sea convencional o no convencional el servicio o producto que reclama
en cualquier circunstancia dada. La ley natural del mercado ( contra la que no
puede ningún tipo de legislación) ya aboga por si misma el mejor servicio y la
mejor calidad al mejor precio poniendo las cosas en su sitio.
La gente no deseará hacer grandes colas con distancias, tanto
en entradas como en salidas de los supermercados ( y lo mismo los centros
comerciales si no se les deja ni hacer uso de las zonas de descanso o los
servicios). Como tampoco le gusta que se le mire negativamente y se le trate
como si fuera un enfermo apestoso a evitar sin haber fundamento para esto A lo
sumo frecuentará más los mercados o mercadillos con paradas, igual lleno de
aglomeraciones y que en la práctica proceden atendiendo rápidamente y sin colas
ni distancias (aunque el gobierno les obligue). Algunos incluso recurrirán a
los servicios de internet, lo cual supondrá la muerte de muchos negocios
físicos. De seguir imponiéndose las limitaciones del gobierno, inevitablemente
se irán desarrollando y agrandando los mercados negros y la economía sumergida,
sin menoscabo del montón de empresas que se irán o cerrarán haciendo un efecto
dominó porque no podrán aguantar ni adaptarse a las nuevas exigencias
gubernamentales y con todas las consecuencias de más desempleo que acompañará
con ello.
La mascarilla es una cosa antihigiénica, antinatural e
incómoda, que aparte de no dejar respirar bien incluso produce asfixia ( y más
con el calor). No creo que la gente lo pueda soportar varios meses, y no
hablemos cómo se lo montarán en los centros educativos donde tanto niños como
jóvenes no van a soportar largos meses de mascarillas y distanciamientos, con
lo cual en el próximo curso el fracaso escolar ya está por sí mismo servido.
Cuando poco a poco todo el mundo se de cuenta de que nadie se enferma y de la
inutilidad de la incómoda mascarilla, poco a poco cada vez más gente perderá el
miedo y se irá quitando la mascarilla burlando en lo posible las imposiciones
gubernamentales y tolerándose cada vez más gente (ya decía Napoleón que nunca
se pueden imponer malas leyes porque igualmente terminan por no cumplirse).
En consecuencia, debería de acabarse ya con la psicosis del
coronavirus, y dejar que la gente siga con su trabajo y su vida del mejor modo
posible y como libremente le apetezca. Esa enfermedad tampoco es tan grave ( es
solo como algo parecido a una gripe, que naturalmente alguna gente afectada y
debilitada por patologías no logra soportar y se muere, aunque estadísticamente
son una minoría que podríamos calificar de insignificante y muy escasa
relevancia -y más si lo comparamos con más muertes provocadas por otras
enfermedades o accidentes-). Aparte de que encontrar una vacuna contra el
COVID-19 puede suponer varios años de esperas y experimentos ( y tampoco son
del todo efectivas, igual como ocurre con el resto de las demás vacunas). Por
otro lado es conveniente que todo el mundo se contagie para reforzar el propio
sistema inmunológico que hará más difícil un segundo contagio o recaída y con
ello frenar de por sí los próximos brotes. En esto están de acuerdo una inmensa
mayoría de médicos, aunque a los políticos globalistas en general no les
interesa y lo silencian mucho los manipulados medios de comunicación.
Si no lo hacemos lo correcto, el remedio a lo que nos obliga
el gobierno puede ser peor que la enfermedad, y sobretodo por el inmenso daño
económico que provoca el gobierno a toda la ciudadanía ( y la inseguridad que
ello acompaña).
Todos han quedado muy afectados, y es natural que todos
pidan ayuda al gobierno ( o al Estado en su defecto), pero no olvidemos que
todo el dinero que el gobierno maneje sale de todos los ciudadanos, directa o
indirectamente, y así al final los que lo pagamos ( y muy caro) somos los
mismos, no otros imaginarios. La cuestión del rescate europeo y con ello los
paquetes de inmensas ayudas multimillonarias en realidad son una inyección de
dinero para paliar la actual situación con la que tendrán que contribuir todos
los países que formen parte de la unión europea, pero que a la larga se
traducirá en más impuestos y mayor presión fiscal, y al mismo tiempo más
recortes para disponer de la financiación del dinero utilizado para estos
rescates, ayudas y estímulos económicos que en realidad acabarán pagando todos
los ciudadanos europeos teniendo siempre presente la verdad universal de que
nadie da duros a cuatro pesetas.
Y no olvidemos, tampoco, que todo el dinero que se regala a
la inmigración, buena parte del mismo sale de España, dejando nuestro país con
menos recursos pese al inmenso daño económico que ha causado el coronavirus y
con ello la actitud del gobierno limitando las libertades y el derecho al
trabajo. Que nadie se engañe: la inmigración no ha venido para pagar nuestras
pensiones, sino más bien ha conllevado más desempleo y más gasto social en
todos los sentidos de los que no se han beneficiado los españoles ( sino todo
lo contrario). La inmigración sólo es buena y útil cuando el país la necesita,
y una España con desempleo crónico y un escandaloso endeudamiento público, para
nada necesita ninguna inmigración, y en todo caso sobra la ya existente por la
inmensa cantidad de gastos que generan para las arcas públicas..
Y por el lado de la evasión de capitales, eso se debe a que
como país somos un infierno fiscal y es lógico que los capitales huyan para
evitar los abusos tributarios. Para que los capitales se queden en el país y
repercutan en la dinamización económica se hace necesario bajar todos los
impuestos, quedando únicamente los justos y necesarios, y en tanto no se haga
así, será más complicado y más difícil salir de la crisis económica.
Otro tema es que el coronavirus ha sido provocado
expresamente por unas intenciones políticas con las que excusar la profunda
crisis económica a nivel mundial que ya había de por sí y que reclamaba
acelerar ya los cambios para una sociedad más digitalizada y con tanto la
industria y los servicios cada vez más robotizados, así como un mayor control
social por parte de los gobiernos que supone con ello un mayor recorte de las
libertades ciudadanas. Si ha sido algo intencionado con finalidades políticas y
económicas, que es algo que se irá descubriendo con el tiempo, habrá que exigir
las correspondientes responsabilidades.
Todo esto lo explico porque con un poco de suerte y buena
voluntad de hacer bien las cosas, nuestro país podría salir adelante.