Por esos días en Cataluña siguen los preparativos
electorales para concurrir en las elecciones autonómicas anticipadas del
próximo 21 de diciembre.
De momento todo parece indicar que las opciones
independentistas se hayan muy divididas: la CUP se presenta por un lado, y los
demás: el PDECAT (formado por los restos de lo que queda de la antigua
Convergencia -el partido de los ex presidentes Jordi Pujol y Artur Mas), la
nueva agrupación electoral que quiere formar Carles Puigdemont desde el exilio (que de momento desconozco el nombre),
así como la ERC de Junqueras ya al parecer coaligados con los de "En
Comú-Podem" de Ada Colau,...todos estos por el resto de los lados. Lo cual
con la regla d'Hondt, esa división de los partidos separatistas puede hacer que
obtengan menos representación en el parlamento catalán. Llama la atención que
las encuestas otorgan a ERC como el partido separatista más votado, y
precisamente por la caída del partido de Colau en las encuestas, se supone que
en un intento de salvar los restos, la pretensión de ir coaligados con ERC les
puede salvar parte de la representación que tenía en el parlament, ya que la
regla d'Hondt favorece a la unión de partidos sumando los votos de su
electorado. Otra cosa hubiera sido que formaran una especie de "Frente Popular"
separatista, con la cual casi obtendrían la mayoría absoluta o la rozarían.
Pero ya se sabe el viejo adagio: "divide y venderás", pues en este
caso yendo por separados, las posibilidades de los separatistas de obtener
suficiente mayoría son cada vez menores.
Por otra banda los partidos constitucionalistas o unitarios
tales como el PP, Ciudadanos y el PSOE (articulado con el PSC en Cataluña),
como es natural se presentan cada uno por su propia cuenta, aunque si fueran
los tres juntos como la coalición unitaria que tiene en común la defensa de la
unidad de España en Cataluña, obtendrían una cómoda y sobrada mayoría absoluta. Aparte seguro que los partidos identitarios y anti-inmigración musulmana, aunque no concurrirán en esas elecciones para no dividir más los votos constitucionalistas como ya han manifestado, seguro que su electorado votará por cualquier partido que no favorezca a los separatistas.
Podemos se queda, pues, como una opción que nadie sabe lo
que defiende, y que es sencillamente una serie de distintas confluencias
electorales bajo el mismo paraguas, que de estar en gobiernos centrales o
autonómicos, los enfrentamientos y la división sería algo segura por las
desavenencias entre los distintos cabecillas regionales. Como dijo el ex
ministro socialista y ex presidente del Parlamento Europeo Josep Borrell en su
último mitin: "Ada Colau es la emperatriz de la ambigüedad", con lo
cual esa es quizás la palabra que mejor define a Podemos y su confluencia
catalana de los que llaman los "comunes": ambigüedad, pues nadie sabe
claramente qué políticas defiende y de qué tesis políticas son partidarios o se
alienan.
Así que en resumen son un mínimo de cuatro partidos
separatistas, contra unos tres partidos constitucionalistas, dejando aparte la ambigüedad
de Podemos, de los que es posible que ERC se coma los restos de lo que les
quede.
Como posiblemente con la suma de los partidos
constitucionalistas es más probable que obtengan sobrada y amplia mayoría
absoluta. Y de ahí que puede que se resucite la anterior y fallida propuesta
del gobierno de unidad nacional de la "gran coalición" que en su día
fue propuesta por Mariano Rajoy y consistía en la suma de los votos del PP,
Ciudadanos y PSOE, pero que no pudo ser posible dejando a España durante todo
un año sin gobierno, porque el líder del PSOE Pedro Sánchez se mostraba más
partidario de ser el extraño compañero político de cama del radical
neocomunista antisistema Pablo Iglesias, que no del conservador Mariano Rajoy
al que tantas veces lo acusó de corrupción.
¿Será Cataluña el primer lugar donde probar el experimento
de la "Gran Coalición"?. Cada cual haga sus apuestas.
En fin, que empiece la fiesta electoral.
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