Lo
acaba de decir el flamante nuevo presidente de Estados Unidos.
Por supuesto que no hay nada que pueda hacerse, igual que
como la gripe que ya lleva siglos entre nosotros, muta, pero la vida sigue
igual.
Lo que sí puede hacerse es dejar de asustar a la gente, y
dejarla que viva en paz y en libertad, desarrollando sus propias vidas.
Nada de confinamientos, de mascarillas, y de todo tipo de
exigencias y recortes de libertades. Todo esto no sirve para nada positivo,
sino todo lo contrario: contribuye a que la gente se enferme mucho más y al
mismo tiempo vea como la libertad ( el derecho más sagrado del ser humano) la
van quitando. No se puede prosperar, ni vivir en seguridad, con unos políticos
que quitan las libertades y mantienen permanentemente atemorizados a la población;
la lo sumo, como es ley de vida, la población intentará subsistir en la medida
que pueda, adaptándose y burlando todo aquello que se le pone en contra.
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