Este no pierde nada con dimitir: hace 45 años que está como militar y cotizando a la Seguridad Social, y ahora con sus 63 años, se supone que va a cobrar lo mismo en la reserva que como teniente general. Y desde su posición de poder ha aprovechado para cazar dos jabalíes de un solo tiro: con su dimisión queda bien dando ejemplo por haber "metido la pata", y ha conseguido vacunarse lo más pronto posible tal como era su deseo.
Eso sí, todos los demás políticos ansiosos de vacunarse abusando de su posición de poder, y saltándose la cola ( y con ello lo que predican de buen ejemplo de primero los más vulnerables), esos no dimiten. Claro, nadie quiere renunciar a los buenos sueldos, prebendas y demás privilegios que para desgracia del resto de los ciudadanos supone la condición de político en España.
Claro que dado el elevado nivel de ignorancia ( y de muy bajo nivel cultural ) de buena parte de los políticos españoles no les deja ver de lo peligroso que es esa vacuna COVID-19 con esos efectos secundarios a los que se exponen, y cuando las investigaciones, experimentos y pruebas todavía no han dado una garantía de 100% seguridad. Claro que con esto el resto de los demás políticos más listo van a hacer el paripé de que ellos serán los últimos en vacunarse, cuando en realidad esperan observar los efectos e incluso tienen la coartada perfecta para al final no tener que vacunarse porque igualmente no se fían de esa vacuna.
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