Lo que hace Pedro Sánchez y sus socios políticos que le dan la suficiente mayoría parlamentaria, es estar repetidas veces violando el espíritu de La Constitución. Lo cual es lógico que ante determinadas maniobras políticas consideradas inconstitucionales, y por tanto, ilegales, tenga que ser el Tribunal Constitucional quien les pare los pies,
Y no lo olvidemos: los mandatos de La Constitución están por encima del gobierno y del parlamento. Además para cambiar la Constitución hacen falta una mayoría de 3/5 partes del Congreso y del Senado, y mientras no sea así, la vigente es la actual Constitución. En consecuencia, si el gobierno o el parlamento comete actos contrarios a la Constitución, entonces es el Tribunal Constitucional quien tiene que pararle los pies.
¿Régimen del 78?, ¿la española no es la mejor democracia?. Decía Don Manuel Fraga Iribarne, destacado ministro de Franco, embajador español en Inglaterra, y posteriormente líder de la derecha española en las cortes españolas, aparte de diputado español en el parlamento europeo, y presidente de la comunidad autónoma de Galicia durante cuatro legislaturas por mayoría absoluta, entre otros varios cargos políticos aparte, que además fue uno de los ponentes que redactó la actual Constitución Española: "en esta Constitución le veo dos fallos básicos: el estado de las autonomías, y el derecho de huelga". Naturalmente, el Estado de las Autonomías nos ha conducido a ser un país con más que duplicidades administrativas, y leyes controvertidas según en qué territorio de España te encuentres, que además nos sale carísimo, con más y mayores impuestos, aparte de más funcionarios y cargos políticos a mantener. Y en tema de las huelgas, sobran explicaciones sobre lo dañoso que siempre suele ser para la economía del país las huelgas. En resumen, aunque tenemos una de las mejores constituciones del mundo, de las más en línea con los derechos humanos y las libertades, también tiene defectos. Además no se la ve lo suficiente democrática, atendiendo que somos una democracia de listas cerradas, en la que son los líderes de turno de los partidos políticos los que deciden y ponen a cada candidato para el Congreso, Senado, ayuntamiento, consejo comarcal, cabildo, parlamento europeo, etc.... No tenemos la mejor Constitución, desde luego, pero para cambiarla hacen falta la mayoría de los 3/5 partes del parlamento, aunque el peligro de cambiar una Constitución sea que la nueva en vez de salir mejorada, saliera mucho peor. En estos momentos aquello de las dos Españas enfrentadas, sigue estando vivo y patente.
Lo que no se entiende es lo rápido que ha estado el Tribunal Constitucional en frenar las maniobras de Pedro Sánchez en favor de sus intereses para el relevo de los magistrados que lo componen por sus mandatos caducados, y no lo fuera en su momento ante lo ilegal e inconstitucional que fue obligar a los españoles a quedar encerrados en sus casas y no poder circular por el territorio nacional cuando lo de la pandemia del covid-19 en aquello de los "estados de alarma" decretados por Pedro Sánchez, que ahora con el tiempo se ha ido viendo que fue una farsa innecesaria que no era más de lo que es la habitual gripe o los resfriados de cada año, y que no era necesario llegar a esos extremos de impedir a los españoles poder circular libremente a cualquier hora por todo el territorio nacional. Y además que no se hayan exigido ni depurado responsabilidades políticas al tomar desde el gobierno estas imposiciones inconstitucionales.
Además ahora el líder de VOX Santiago Abascal anuncia que va a interponer una querella contra Pedro Sánchez al Tribunal Supremo ( por su privilegiada condición de aforado), aparte de su anunciado procedimiento de llevar a cabo una moción de censura. ¿Terminará Pedro Sánchez en la cárcel por sus constantes violaciones constitucionales?, ¿será acusado de alta traición con el tiempo?. No lo sabemos, porque por desgracia el Tribunal Supremo también está politizado. Lo malo es que la gestión de Pedro Sánchez se resume en estas pocas palabras: llevar a España a la fragmentación, la inseguridad, y a la ruina, y por tanto al caos y a la injusticia. Y por esto es necesario que sea apartado del gobierno de la nación, y asuma las responsabilidades tanto políticas como penales, que por su caso tiene que dar cuenta. No son solo las violaciones o las provocaciones contra la Constitución que ha hecho Pedro Sánchez, sino también el abuso de gobernar de forma autocrática mediante gran cantidad decretos-leyes, cuando es en el parlamento donde deben debatirse y aprobarse las leyes, dejando los decretos-ley del gobierno tan solo para casos de extremada excepción tal como marca la propia Constitución.
Se habla mucho de la politización de los tribunales, y evidentemente es así, cuando muchos de los magistrados son colocados precisamente por el gobierno y partidos políticos, lo cual les resta imparcialidad. ¿Bloque de derechas o de izquierdas, magistrados conservadores o progresistas?, como es lógico entre los jueces pueden haber ciertas preferencias ideológicas, pero en todo caso los jueces en general suelen ser expertos en la técnica y las materias jurídicas, que muchas veces van algo apartados de las tendencias políticas. La justicia, más que no en preferencias políticas o ideológicas, deberían sustentarse en el sentido común. Por eso Montesquieu abogaba por la separación de poderes, y la antigua Roma que duró unos 1000 años prefería la renovación en muy poco tiempo de las distintas magistraturas con distintos poderes, al poder absoluto de una Monarquía.
Siendo el Tribunal Constitucional el último baluarte defensivo que nos queda antes de que España se convierta en una especie de monarquía absoluta en la que el dictador es el presidente del gobierno y no el Rey que reina pero no gobierna ( en vez de una monarquía parlamentaria, tal como indica la propia Constitución), esperemos que no se trate solo de pararle los pies al gobierno, sino que además que se haga por el bien de España y los españoles, es decir, que no perdamos las libertades individuales y los derechos consagrados como el de la propiedad privada, o el de la vida, por citar dos ejemplos.
¿Los partidos separatistas son el cáncer de la política española?. En otros países con democracia y libertades, los partidos separatistas son ilegales. En España, los partidos separatistas son legales, pueden tener representación política, y hasta gobernar, pero sus límites están en la propia Constitución: no pueden romper la unidad de la nación española. Pueden decir y hacer lo que quieran, mientras no sobrepasen la ilegalidad que atente contra el espíritu y mandato de la Constitución, aunque algunos lo intentaron, fueron a parar a la cárcel, y luego fueron indultados por razones de intereses políticos. Todo lo demás es marear la perdiz y perder el tiempo en pamplinas.
Eso sí, los miembros del Tribunal Constitucional son los empleados públicos con el mayor sueldo de la casta funcionarial, y cobran una escandalosa cantidad de millones, para lo poco que se les ve trabajar interpretando La Constitución y hacer su correspondiente resolución o sentencia para cada caso de quebranto constitucional. Pero se excusan de que son los jueces mejor preparados, los que mejor conocen todos los artilugios y tecnicismos legales de la legislación española que no está al alcance de cualquier juez, y esto hay que pagarlo. Pero me temo que está demostrado, que aparte de todo esto, son de los más vagos, pese a ser el último bastión de la actual democracia española.
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